Como todo buen panadero, Granier cuenta con un método de elaboración del pan propio que respeta los procesos tradicionales y las largas fermentaciones. El secreto de la calidad de los panes que elabora está en la selección de las materias primas y en la fermentación de la masa, respetando los tiempos necesarios para que el pan tenga la fuerza, el sabor y el olor adecuados, así como asegurar su durabilidad muchas horas después de haber sido horneado.
En el obrador central prima el respeto por la elaboración tradicional del pan. Es allí donde se arrancan las recetas artesanas, únicas y con los mejores ingredientes, y donde nuestros panaderos realizan la mezcla y el amasado que caracteriza cada tipo de pan.
Una vez trabajada la masa, ésta se ultracongela en crudo para mantener sus propiedades organolépticas intactas y poderla transportar a las panaderías, donde los panaderos fermentan durante 12 horas los diferentes tipos de panes y realizan una cocción completa en hornos de suela refractraria que proporcionan un calor homogéneo. Nada tiene que ver nuestro proceso con el del pan congelado precocido. Tampoco con las deficientes prácticas de algunos puntos de venta calientes donde sólo acaban de cocer las barras congeladas.